Desde hace muchos años, los peruanos somos testigos de un enfrentamiento constante entre el Tribunal Constitucional (TC) y el Congreso de la República. El detonante de este enfrentamiento puede encontrarse en las diversas decisiones emitidas por el TC, como supremo intérprete de la Constitución, limitando el poder del Congreso y del Poder Ejecutivo, argumentando la protección de los derechos fundamentales y del sistema de valores y principios establecidos en la Constitución.
Las reacciones de las entidades afectadas por este control han sido de las más diversas. Las ha habido de las más extremas, como la destitución directa y arbitraria de tres magistrados del TC, ocurrida durante la dictadura del ex Presidente Fujimori. Sin embargo, la estrategia fue tan directa y burda que Fujimori se ganó muchísimos problemas ante la opinión internacional. Esto, en parte, al final desencadenaría su caída y huída al Japón y la posterior reposición de los magistrados destituidos. TC: 1 – Combinado de Poderes del Estado peruano: 0.
Pese a ello, los esfuerzos por controlar el TC no decayeron, por el contrario, fueron variando su forma. Así, llegamos al segundo intento de control del TC, más sutil y peligroso por su pretendida legitimación democrática, el cual ocurrió durante la Presidencia de Alejandro Toledo. Aquí ya no se buscó el método directo de la destitución, sino uno más refinado, como fue la presentación de un proyecto de ley elaborado por el ex - congresista Ántero Flores, para su aprobación por el Congreso, cuyo objetivo fue establecer límites expresos al poder y al control que podía realizar el TC de los Poderes del Estado.
Sin embargo, nuevamente, y a pesar de la sofisticación del método, la opinión pública y el mismo TC pudieron controlar la arremetida. El argumento fue simple: no se puede limitar mediante una ley, por más democrática que ésta fuera, las facultades de control del poder que tiene el TC porque estas facultades se originan directamente de la Constitución. Este argumento y la bulla generada en los medios de prensa, especialmente la caviar, hicieron que este proyecto de ley no prosperara. TC: 2 - Combinado de Poderes del Estado peruano: 0.
¿Qué lecciones dejaron estos dos ejemplos a nuestros políticos? Principalmente dos. La primera que la regla del poder absoluto (llámese dictadura) y la regla de la mayoría (llamase promulgación de una ley) resultaron muy visibles y no sirvieron para obtener el objetivo de limitar al TC. Al parecer, se dieron cuenta que las fórmulas de limitación por elementos externos al TC resultaron muy llamativas y, además, identificaban visiblemente quien era estratega de la operación.
La segunda enseñanza que aprendieron nuestros políticos fue la necesidad de encontrar una nueva estrategia de sumisión del TC. Una vía encubierta, que fuera más complicada de descubrir por los medios de comunicación. Así, el APRA, tomando la posta de sus predecesores, descubrió que lo más sensato para evitar los errores del pasado era tomar el TC desde adentro.
El primer intento del APRA con el nuevo método se truncó por la torpeza de quienes dirigían la operación. Sólo basta recordar el incidente en el restorán “Fiesta”, donde encontraron a Agustín Mantilla conversando animosamente con uno de los recién seleccionados magistrados del TC, lo que generó tantas suspicacias de fraude en el proceso de selección de los magistrados del TC que el Congreso tuvo que realizar uno nuevo. TC: 3 - Combinado de Poderes del Estado peruano: 0.
El más reciente intento ha sido más paciente y meditado, y, tal vez por eso, más efectivo. Este método implicó que, en el nuevo proceso de selección para magistrados del TC, los apristas colocaran entre las personas a seleccionar, a individuos afines al partido, aunque se cuidaron bastante de que esta afinidad fuera lo menos notoria posible. Una vez elegidos los nuevos miembros del TC, los principales miembros del partido aprista se encargaron de realizar continuas visitas a las oficinas del TC, en donde, muy probablemente, se hayan recordado los beneficios que tendrían los magistrados que siguieran líneas interpretativas afines al gobierno, haciendo hincapié en los casos conflictivos que dentro de poco tendrá que resolver el TC (como el caso del “Frontón”). La renuncia de César Landa a la presidencia del TC no haría más que confirmar esta teoría.
Ahora que la táctica resulta bastante clara (la toma partidaria del TC) nos preguntamos: Y ahora, ¿quién podrá salvarnos? ¿Landa? ¿La Corte Interamericana? Esperemos no tener que cambiar el marcador por un TC: 3 - Combinado de Poderes del Estado peruano: 4, porque los principales perdedores vamos a ser todos los peruanos.
Las reacciones de las entidades afectadas por este control han sido de las más diversas. Las ha habido de las más extremas, como la destitución directa y arbitraria de tres magistrados del TC, ocurrida durante la dictadura del ex Presidente Fujimori. Sin embargo, la estrategia fue tan directa y burda que Fujimori se ganó muchísimos problemas ante la opinión internacional. Esto, en parte, al final desencadenaría su caída y huída al Japón y la posterior reposición de los magistrados destituidos. TC: 1 – Combinado de Poderes del Estado peruano: 0.
Pese a ello, los esfuerzos por controlar el TC no decayeron, por el contrario, fueron variando su forma. Así, llegamos al segundo intento de control del TC, más sutil y peligroso por su pretendida legitimación democrática, el cual ocurrió durante la Presidencia de Alejandro Toledo. Aquí ya no se buscó el método directo de la destitución, sino uno más refinado, como fue la presentación de un proyecto de ley elaborado por el ex - congresista Ántero Flores, para su aprobación por el Congreso, cuyo objetivo fue establecer límites expresos al poder y al control que podía realizar el TC de los Poderes del Estado.
Sin embargo, nuevamente, y a pesar de la sofisticación del método, la opinión pública y el mismo TC pudieron controlar la arremetida. El argumento fue simple: no se puede limitar mediante una ley, por más democrática que ésta fuera, las facultades de control del poder que tiene el TC porque estas facultades se originan directamente de la Constitución. Este argumento y la bulla generada en los medios de prensa, especialmente la caviar, hicieron que este proyecto de ley no prosperara. TC: 2 - Combinado de Poderes del Estado peruano: 0.
¿Qué lecciones dejaron estos dos ejemplos a nuestros políticos? Principalmente dos. La primera que la regla del poder absoluto (llámese dictadura) y la regla de la mayoría (llamase promulgación de una ley) resultaron muy visibles y no sirvieron para obtener el objetivo de limitar al TC. Al parecer, se dieron cuenta que las fórmulas de limitación por elementos externos al TC resultaron muy llamativas y, además, identificaban visiblemente quien era estratega de la operación.
La segunda enseñanza que aprendieron nuestros políticos fue la necesidad de encontrar una nueva estrategia de sumisión del TC. Una vía encubierta, que fuera más complicada de descubrir por los medios de comunicación. Así, el APRA, tomando la posta de sus predecesores, descubrió que lo más sensato para evitar los errores del pasado era tomar el TC desde adentro.
El primer intento del APRA con el nuevo método se truncó por la torpeza de quienes dirigían la operación. Sólo basta recordar el incidente en el restorán “Fiesta”, donde encontraron a Agustín Mantilla conversando animosamente con uno de los recién seleccionados magistrados del TC, lo que generó tantas suspicacias de fraude en el proceso de selección de los magistrados del TC que el Congreso tuvo que realizar uno nuevo. TC: 3 - Combinado de Poderes del Estado peruano: 0.
El más reciente intento ha sido más paciente y meditado, y, tal vez por eso, más efectivo. Este método implicó que, en el nuevo proceso de selección para magistrados del TC, los apristas colocaran entre las personas a seleccionar, a individuos afines al partido, aunque se cuidaron bastante de que esta afinidad fuera lo menos notoria posible. Una vez elegidos los nuevos miembros del TC, los principales miembros del partido aprista se encargaron de realizar continuas visitas a las oficinas del TC, en donde, muy probablemente, se hayan recordado los beneficios que tendrían los magistrados que siguieran líneas interpretativas afines al gobierno, haciendo hincapié en los casos conflictivos que dentro de poco tendrá que resolver el TC (como el caso del “Frontón”). La renuncia de César Landa a la presidencia del TC no haría más que confirmar esta teoría.
Ahora que la táctica resulta bastante clara (la toma partidaria del TC) nos preguntamos: Y ahora, ¿quién podrá salvarnos? ¿Landa? ¿La Corte Interamericana? Esperemos no tener que cambiar el marcador por un TC: 3 - Combinado de Poderes del Estado peruano: 4, porque los principales perdedores vamos a ser todos los peruanos.
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