lunes, 7 de julio de 2008

Hildebrandt vs. el caricaturista de La Primera

Hace unos días, César Hildebrandt se ocupó del tema de la directiva del retorno o, si prefieren, anti-inmigrante-ilegal de la Comunidad Europea en su columna en el diario La Primera. Como no podía ser de otra forma, expuso una visión particular sobre el tema, a contra corriente de lo que nos venden los medios e, incluso, contraria a la del Director del diario, César Lévano.


La columna llevaba el logrado título de Sudaquismo en pie de guerra, en ésta Hildebrandt le pegaba duro con un palo y duro al inconsciente sudaca que todos llevamos dentro de querer siempre sacarle la vuelta a las normas, viveza criolla que le dicen. Así, enfatizaba la condición de ilegales de los inmigrantes, planteando las siguientes agudas preguntas:

“(…) ¿qué es esa grosería de decir que la inmigración ilegal es buena cuando procede de nuestros aeropuertos?

¿Es ilegal o no? Y si es ilegal, ¿en nombre de qué ‘principio’ el sudaquismo la defiende con uñas, dientes y abogados de Azángaro? ¿O es que entre nosotros lo legal y lo ilegal ya han llegado a ser términos vaciados de contenido, intercambiables cuando conviene? ¿O es que como en esta región la ilegalidad es un hábito de masas nos indigna que en Europa se pretenda perseguirla? ¿Queremos exportar a Europa nuestro intenso amor por el legicidio?”.

Omitiendo, ciertamente, pronunciarse sobre el componente racista que algunos sospechamos presente en la medida.


Pues bien, duende de las paradojas mediante(?), ese mismo día La Primera exhibió la siguiente caricatura en sus páginas:


Mirá, mirá(?) ¿qué dice entre Lauer y Cipriani?

Existe polémica sobre si CABE intentó una acción a lo bonzo o si mayormente desconocía la relación sacha fraterna del columnista con la fuji-lingüista, lo que sí se conocen son las consecuencias. Al día siguiente, mientras CABE se ocupaba distraídamente de las pataditas que le significan al premier el paro de pasado mañana, un puntapié en la entrenalga le llegaba desde la columna de Hildebrandt.


Difícil sería hacer una selección de los mejores o más sabrosos párrafos de la columna. Morbo aparte, Apellidos extranjeros finalizaba con la siguiente sentencia:

¿Sabrá este indigenista patronímico –que insulta en español y no en quechua– que el apellido Belaunde [los propietarios de La Primera son Martín y Arturo Belaunde] es, según su xenofobia de Coquito, de indeseable cepa vasca?”.


Fuera que el incidente nos recordó (?) las épocas en las que el desaparecido Diario de Marka era un solo de columnas-trincheras, en las que el autor-miembro-de-partido de la página 3 atacaba al de la página 6, y viceversa. A CABE le recabió y su caricatura desapareció de las páginas del diario desde ese día.


Justo cuando ya teníamos encargada la banderola “Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos(?)” para colgarla afuera de la redacción de La Primera, Hildebrandt publicó ayer en su columna una "imperdible carta, mis amigos" (con tono de Chema) que le dirigiera el propio CABE al respecto, con respuestas/descargos… ¿Que qué dice? Léanla acá, flojos.


Mundo Hildebrandt:


http://bloghildebrandt.blogspot.com/

http://cesarhildebrandt.wordpress.com/

http://aldiaconhildebrandt.blogspot.com/

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejame decirte que muchos no van a extrañar a CABE, sus caricaturas risa no daban. Eran mas dibujos de protesta social, muchos de los cuales denotaban pensamientos desfasados.
Al que si se le va a extrañar es a César H. que lamentablemente se ve ante la necesidad de dejar su espacio en Radio San Borja. Hasta donde llega el brazo de García.

N.N. dijo...

Sí, de acuerdo con las afirmaciones sobre CABE, mancho. Un buen ejemplo de lo que dices es esta caricatura: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/images/caricaturas/2008/junio/27.jpg
No estaría tan seguro, sin embargo, de la parte en la que dices "pensamientos desfasados", ¿desfasados para quién? Recordemos la votación que sacó Humala. Creo que hoy en el Perú esos pensamientos están vigentes.
Sobre lo de Hildebrandt, sí, una pena. Lo solía seguir en las noches a través del blog que grababa sus programas. Uno puede estar marcadamente en contra con muchas de sus apreciaciones, pero que es una voz valiosa y necesaria para que haya una saludable pluralidad -cosa que molesta particularmente a García-, y la gente pueda formarse libremente su propia opinión sobre las cosas, está fuera de discusión. Habrá que seguirlo por su columna nomás.
Pareciera que le ha faltado creatividad (o a la productora) para encontrar otras vías de financiamiento, ¿no? Una lástima.
Saludos,
N.N.

Anónimo dijo...

El caricaturista pagó pato

Después de que Hildebrandt descargara su indignación por haberse su apellido (y el de su medio hermana Martha) mencionado en una caricatura de esas faltosas (que se celebran cuando no van contra uno, pero que arañan cuando van en contra de uno), la gente de "La Primera", aquella gente con poder de veto y despido, vetó y despidió a su propio caricaturista, por haber tocado, con el pétalo de una caricatura, a uno de sus propios columnistas: Hildebrandt. Una especie de cosa vista ("deja vú", para los cultos) del caso Quijano vs Bákula, donde, en aquella ocasión, saltó todo el mundo y parte del ejército.

En este caso, al caricaturista, luego de la caricatura faltosa y del reclamo del faltado, le dijeron "no vas más", y en efecto, no fue más.

Esta mañana, Hildebrandt lanza una "carta contra sí mismo", y cual comedia de equivocaciones, en ella el caricaturista se defiende de la arbitrariedad contra él cometida. De Ripley, ¡le pagan (?) por ser faltoso, y cuando lo es, lo despiden!

Hildebrandt dice que él no tuvo la culpa de que le hayan dado forata al caricaturista, como tampoco tendrá injerencia en si lo reponen o no. Pero, en un diario que se precia --en ejercicio de su libertad de expresión-- de decirle la vela verde a todo el gobierno y que también demanda y exige libertad de expresión como derecho sagrado, al caricaturista lo sacaron... ¡por expresarse!

Y eso que, lo que el caricaturista decía del apellido Hildebrandt, era nada comparado con lo que el mismo Hildebrandt escribió tiempo atrás de su media hermana (esto es, pestes).

Dice el caricaturista en su carta: "Habiendo leido lo que usted ha escrito sobre su media hermana, no tuve reparos en incluirla y pensé que mi caricatura dejaba en claro que no estaba dirigida contra usted. Lamentablemente, usted no entendió la distinción".

Y teniendo esa columna de Hildebrandt sobre Martha como antecedente, y sabiendo que Hildebrandt escribía en el mismo diario donde el caricaturista colabora, fue que se mandó la caricatura.

Este caso de censura (?) recién ha ocurrido, así que la reacción de los correctos políticos aún no se ha difundido. Sólo espero que así como saltaron por lo de Quijano, salten ahora por CABE (Carlos Bernales), el piña.

Anónimo dijo...

Las caricaturas deben dar risa o hacernos pensar??? A mi me cai bien sus caricaturas y me extraño q desapareciera, recien me entero lo q paso. Seria bueno q vuelva.