¡Por fin! La-tan-ansiada-reforma: un himno para el PJ(?)

“Esta cara de satisfacción no me la quita nadie, ahora sí que me pulí. ¿Traigo a Paul Potts o yo mismo soy?” (?)

Veinticinco de junio de 2008, amanece y, como todos los días, reviso los diarios. Confieso que este ejercicio puede ser un poco frustrante para quien, como yo, con ingenua esperanza sigue las noticias relacionadas a nuestro alicaído sistema de justicia.

Nomás, repasemos los golpes como del odio de dios(?) que nos ha dado junio: Romero y sus secuaces vuelven gracias al CNM y al APRA (no se hagan muchachos), le damos la espalda a Putis (por segunda vez), la Corte Suprema de mi país dice que Joy Way se enriqueció lícitamente y, en otro fallo, que los congresistas tránsfugas no lo eran tanto… pero ese día de junio no sería un días más.

No. A través de un discreto aviso de más de media página publicado en La República, El Comercio, El Peruano y otros dos diarios, Francisco Artemio Távara Córdova –o, como a él le gusta que lo llamen, “el labriego del Derecho” (sin (?))–, Presidente del Poder Judicial, anunciaba la gran transformación, la reivindicación del ciudadano de a pie, la reforma profunda y estructural del PJ... mentiría si les digo que no me emocioné al ver el aviso, y que a poco no se me pianta un lagrimón.

Entornando mis ojos, con una locura maligna, alcancé a leerlo. En ese instante maravilloso lo que vieron mis ojos fue simultáneo (y sin anestesia), lo transcribiré sucesivo, porque el lenguaje lo es(?): vi un Palacio de Justicia de muros de expedientes, escalones de expedientes y columnas de expedientes; vi a las palabras: PODER JUDICIAL (en negritas, con su escudo más); bases; cronograma; partitura; Comisión Organizadora; armonía; mensaje-identificado-con-los-valores; Resolución Administrativa; partitura; fácil-aprendizaje-y-recordación; Convocatoria a Concurso Público; entonar-en-ceremonias-institucionales; partitura… y vi también tu rostro (en trance, como el mío). *

Y es que el labriego, sí cumple. En este momento histórico, a seis meses de que culmine su mandato como Presidente del PJ, conviene recordar lo que le dijo a usted señora en el discurso de apertura del año judicial 2007:

“(…) más que declararme Presidente del PJ, me declaro presidente de los usuarios del servicio de justicia y hago mía su causa ante estos estrados del PJ; abandero y hago míos sus reclamos, seré un abogado de sus exigencias y me comprometo a defenderlos. Seré un presidente de aquellos que día a día claman por una justicia pronta y eficaz. Ése es mi compromiso firme e impertérrito en este día solemne: reconciliar al PJ con la nación peruana, a la que debemos servir, con humildad y con una intensa capacidad de trabajo”.

Y, sobre todo, esto:

“(…) los cambios no pueden demorar ni un minuto más. La ciudadanía espera respuestas más enérgicas, cargadas de acciones concretas, que incidan de manera efectiva sobre la realidad (…) Hoy comprometo mi palabra ante la nación y, estoy seguro, la palabra de todo el Pleno de la Corte Suprema de Justicia (...) de llevar adelante una auténtica reforma judicial (…) Digamos, recordando al inmortal César Vallejo: ¡Hay, hermanos, muchísimo que hacer!”.

Pero, ¡claro! Como nadie es profeta en su tierra y este es un país de apocados, deprimidos y aves de mal agüero, tenía que aparecer Güido Lombardi –rompiendo la impecable siesta de su mediocre e intrascendente paso por el Congreso– para calificar la brillante idea como algo “insólito” (figúrese usted), añadiendo: “Ya no es sólo lo que se ha gastado en la publicación del aviso, es el tiempo que los señores magistrados han perdido elaborando estas bases extraordinarias”.

CPN consigna además que: “consideró el hecho como una broma de ‘mal gusto’, que no es digna ni para un comité de Damas respetable, al señalar que los magistrados serios no pueden estar perdiendo el tiempo en esas cosas”.

Pero Güido, ¡por-fa-vor! Acaso que el Consejo Ejecutivo del PJ le dedicara la sesión del 23 de abril de 2008 al tema ¿es perder el tiempo? Que se formara una Comisión integrada por dos supremos, seis presidentes de cortes superiores, entre otros y que se reunieran a las 12PM del lunes 23 de junio a redactar el reglamento del concurso y su convocatoria, ¿es peder el tiempo? Que luego se vayan a tener que juntar de nuevo para escuchar y calificar las propuestas recibidas, ¿es perder el tiempo? Que el aviso de convocatoria se publicara en cinco diarios, ¿es un gasto? ¡De qué estamos hablando, Güido!

Desde este humilde espacio que nadie lee, ni siquiera las personas que aquí escriben(?), declaramos nuestra solidaridad con el Presidente del PJ, respaldamos sus iniciativas reformistas y rechazamos los cobardes ataques reaccionarios de los que ha sido víctima. Dicho sea de paso, nos permitimos sugerir que el himno del PJ consigne en su primera y última estrofa la palabra J-U-S-T-I-C-I-A, como quien facilita su “fácil recordación” entre los jueces.

La verdad de las mentiras: acá, acá y acá.

* [Párrafo homenaje a Borges (o no) a diecinueve días de conmemorar el aniversario XXIII de su artículo “Lunes 22 de julio de 1985”, como no podía ser de otra forma, publicado el miércoles 31 de julio de 1985 en el diario Clarín]